FELT 2025
- Lucas Oliveira
- 25 mar
- 1 Min. de lectura
Nunca había ido a la feria de Tigre. Y es la primera vez que la hacen en esta época del año, antes la hacían llegando a noviembre. Ni habían usado ese lugar hermoso que usaron el sábado, a unos metros del río. Según me contaban, antes era en Pacheco y, seguramente, vuelva a ser allá. Pero no sé bien, eso lo podemos decir más adelanta, cuando se repita.
Llegué tarde, como siempre que me prometo no llegar tarde. Y fui feliz hablando de libros, como siempre que me siento detrás de una mesita de Funesiana.
Vendí, mostré, charlé, conocí, aprendí. Las personas que se acercan tienen siempre algo para entregar y no solo es dinero a cambio de uno de los objetos que hago a mano. Es mejor ese intercambio porque conecto con una persona. Y pregunto muchas cosas. No puedo creer a veces las confesiones que me hacen. Una bibliotecaria, dos jóvenes artistas, un ingeniero, una señora del staff. Todas historias que puedo contar en libros. Historias personales, únicas, honestas.
No tengo idea cuándo será la próxima feria a la que asista, me encantaría ir ya mismo, así les muestro estos cuadernos locos que estoy haciendo y puedo contarles de los libros que he publicado. Porque las autoras y autores que tiene esta pequeña editorial son tan raros que vale la pena chusmear sobre ellas y ellos. Pero sí sé una cosa, la próxima voy a tener nuevo material, nuevos títulos y nuevos cuadernos así que a cambio de que los conozcas me gustaría que me cuentes una historia.
Eso lo podemos organizar, ¿no?
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